Hace unos años, en un viaje a Massachusetts Institute of Technology, conocí a un tipo del staff del Middlebury College llamado Alex que, ante cierto problema, había inventado una curiosa solución.
La historia es conocida. Chico conoce chica, chica conoce chico, al chico le gusta la chica y a la chica le gusta el chico.
Sólo había un problema: el idioma. Y es que el chico sólo hablaba inglés y la chica hablaba (creo) chino y unas pocas palabras en inglés.
Ante tal situación, nuestro chico decidió hacerse con un libro de frases en (creo) chino y pedirle a la chica que se las leyera mientras él grababa el sonido con su ordenador. Inmediatamente después, pasó el audio de las frases a su iPod.
Mediante una curiosa catalogación del audio grabado, que ordenaba "situaciones" como si de discos se tratase, llenó su iPod de esas frases grabadas. Así pues, el título de uno de sus discos era "En el restaurante" y ese "disco" contenía frases tan útiles como "quiero una cocacola, por favor". Así, nuestro chico fue aprendiendo (creo) chino.
Pero la historia no acaba aquí. Resulta ser que Alex registró la idea y se la ofreció a un par de editores de libros con tal suerte que McGraw-Hill le compró la idea.
Actualmente, el libro de frases en su versión iPod está disponible en variedad de idiomas y se vende en todas las librerías físicas y on-line que se precien. Su título es iSpeak y ésta es su versión en castellano.
Alex aprendió (creo) chino y se convirtió en un pionero en la enseñanza de idiomas usando las TIC. Actualmente es uno de los editores más prestigiosos en este ámbito, aunque sigue trabajando en Middlebury enseñando a usar las TIC para aprender. Y es que un iPod nos puede enseñar cualquier cosa: un idioma, a cambiar las bujías de nuestro coche o a hacernos el nudo de la corbata.
El contacto de Alex es público y se puede encontrar aquí
Entre esto y Fecebook, está claroo que el amor o el dessamor, es lo que ha movido a las TIC´s
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